18 Des Se trata de que el corazón de los asistentes resuene con el de los participantes

Entrevista en Vida Sana, 11.12.2020

Arnau Oliveres es una de las personas que está al frente de DiàlegsBCN, un festival que, desde la Ciudad Condal, aúna espiritualidad profunda y arte. Este año, se desarrollará de forma virtual. Espiritualidad, ecología, música sufí… son los ejes alrededor de los cuales va a girar el certamen en la edición de hogaño.

-¿Qué es DiàlegsBCN?
-El Festival DialegsBCN nació hace justamente hace un año como un espacio de encuentro entre la cultura y la espiritualidad. Iré al grano: si consideramos que lo espiritual es lo que tiene que ver con la fuente o fuerza creativa –de la naturaleza, del de la vida–, también ha estar relacionado con todo lo que es  producido por ella. El arte, el lenguaje, la cultura, etc., son expresiones que surgen gracias a esa fuerza, por eso pueden evocarla. Así es, resumidamente, cómo miramos el mundo desde Adalil, la asociación que organiza el festival. Entendemos que todo lo que vemos a nuestro alrededor nos muestra esa fuerza espiritual, porque la fuerza que origina y mantiene en vida lo que vemos no puede estar separada de ello: ¡le está dando vida! DiàlegsBCN es un espacio para mostrar eso y, a la vez, para dialogar sobre ello, porque puede ser descrito de mil y una maneras.

“Defiendo que lo social no está separado
de la interioridad de las personas.
No podemos pretender que la espiritualidad tenga sólo
espacio al margen de la vida pública.
La espiritualidad es la fuente de la cultura y se expresa en ella.
No puede pertenecer sólo a lo religioso.
Lo espiritual no está separado de la cultura, ni del arte,
ni de la ciencia, etc., porque está en la fuente de todo”

RELIGIONES EN CRISIS

-¿Cómo surgió y por qué?
-DiálegsBCN surgió cuando nos dimos cuenta de que, de alguna manera, las religiones estaban en crisis, pero no lo estaba lo espiritual. Mucha gente está dispuesta a reconocer una fuerza de naturaleza sagrada en el origen de todo, y no entiende que esa fuerza pueda separarse de lo material, de lo físico, de lo concreto. Es decir, no entienden una institución pueda hacerse cargo de ello: lo espiritual es la fuente de la cultura, del arte, de la naturaleza, de la vida… y eso quiere decir que todo puede expresarlo, no sólo lo que hoy se entiende por religión.

-¿Se trata de acercar al ciudadano de a pie una espiritualidad profunda y sincera?
-Exactamente. Se trata de que el corazón de los asistentes resuene con el de los participantes. Tanto los conferenciantes como los artistas que participan en el festival son escogidos porque transmiten la vivacidad de lo espiritual en sus actos. Los músicos no vienen sólo como músicos y los ponentes no hablan sólo como conferenciantes. Todos ellos vienen para mostrar la luz de esa llama que da vida. El objetivo es que el público se dé cuenta de ello, que sienta esa llama dentro de sí y que entienda de qué manera puede conectar con ella. Los actos que tienen lugar en el festival son una guía para reconocer lo espiritual a través de la cultura.

EL FESTIVAL Y LA PANDEMIA

-¿Cómo le está sentando la pandemia al festival? ¿Se han reducido la oferta y los aforos?
-Finalmente, después de darle varias vueltas, el festival será solo online, en 2020. En cualquier caso, nuestro objetivo seguirá siendo el de ofrecer actos que a través de ellos podamos ver esa fuerza, esa unicidad, esa luz de la que estamos hablando. Ese es el espíritu del festival y no cambiará aunque tengan que hacerlo las formas.

-Háblanos de “Contra el supremacisme i el fonamentalisme”…
-“Contra el supremacisme i el fonamentalisme. L’espiritualitat, una via interna de transformació social” es un libro autoeditado que ha salido publicado este 2020. En él intento describir lo espiritual como algo que nos deja perplejos, porque a la vez que nos trasciende se acerca a nosotros, o a la vez que tiene un origen incognoscible su fuerza es perceptible, palpable físicamente, aprehensible mentalmente. La propuesta del libro es ubicar físicamente esa fuerza en el centro, y entender que todo lo visible son sus propensiones a derecha e izquierda, arriba y abajo, adelante y atrás. En el libro redefino los conceptos de supremacismo y fundamentalismo ubicándolos en los dos polos más alejados entre sí posibles, es decir, en los puntos más alejados de ese centro de gravedad que es la espiritualidad. Sin embago, ni esos dos polos tan desagradables llegan a escapar de esa balanza que hace de la justicia un principio ineludible. Paradójicamente, hoy vivimos en un mundo lleno, a la vez, de supremacismo –es decir, absolutización de las diferencias e inferiorizacion del otro– y de fundamentalismo –no aceptación de las  diferencias entre unos y otros– y eso es porque no reconocemos ese centro de equilibrio. Reconocerlo es imprescindible para lograr una convivencia en paz, aceptando la diversidad y, a la vez, la unidad inevitable de todo lo creado.

TRANSFORMACIÓN SOCIAL

-¿La espiritualidad vinculada a su lado más místico puede ser una vía, en este caso interna, de transformación social?
-Sí, en efecto. Defiendo que lo social no está separado de la interioridad de las personas. No podemos pretender que la espiritualidad tenga sólo espacio al margen de la vida pública. La espiritualidad es la fuente de la cultura y se expresa en ella. No puede pertenecer sólo a lo religioso. Lo espiritual no está separado de la cultura, ni del arte, ni de la ciencia, etc., porque está en la fuente de todo. ¿Cómo podríamos vivir en paz como sociedad si sólo nos acercáramos al otro como a un diferente, sin reconocer que la fuerza que le da vida es la que también nos da vida a nosotros? ¿Cómo podría lo sagrado originar ciertas cosas y, en cambio, no estar originando también las otras cosas?

-¿Por qué crees que hay tantas personas del mundo espiritual que han comprendido que, entre otras cosas, para vivir con coherencia… tienen que cambiar sus hábitos alimentarios hacia lo ecológico y lo local?
-Vivir con coherencia es un proceso gradual. Como hemos dicho, la transformación espiritual de la persona no es algo que pueda reducirse a su interioridad. Al cambiar por dentro cambiamos por fuera, y eso transforma nuestro mundo, porque el medio ambiente no es otra cosa que un conjunto de existencias: el universo cambia porque cambian sus partes. No estamos desvinculados del mundo que habitamos. A veces pensamos que el mundo es algo abstacto u objectivable. Nada más lejos de la realidad. El mundo es algo perceptible, vivificable. No podemos verlo desde fuera porque estamos en él. Las estaciones del año, por ejemplo, no son entidades teóricas. Hoy he visto el otoño en las hojas caídas, en el viento que me ha enfriado las manos, en la luz que se ha escondido más pronto que hace sólo unos días… Todo esto no son sólo signos que nos describen el otoño, son el otoño mismo. Cuidarse es, por lo tanto, cuidar la salud y, a la vez, cuidar el mundo. No se puede hacer de otra manera: sanar una parte enferma de un organismo es sanar ese organismo. Acercarse a la naturaleza y no ver que somos uno con ella es como quedarse a medio camino. Somos naturaleza. Todos lo somos.

Pablo Bolaño
Publicado en El Ecomensajero Digital
https://vidasana.org/noticias/festivalesdilegsbcn-2020arnau-oliveres-se-trata-de-que-el-corazon-de-los-asistentes-resuene-con-el-de-los-participantes

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